Dios.-

Dios… ¿qué será de Dios?¿Cuánta paciencia nos tiene?¿Nos tiene?...Bueno… yo en realidad, aunque creo que existe, de un tiempo a esta parte afirmo constantemente que ni siquiera está enterado que estamos aquí.-Yo siempre lo nombro.- Lo puteo.- Le agradezco.- Le pido.- Le reprocho.- Converso y elucubro con él como si realmente me escuchara y le importase de mí en particular.-Me explayo en largos divagues implorando justicia y demandando equidad.-Son tantos los que hablan en su nombre y se dicen nombrados o tocados por él para algo.-Son tantos los reyes y nobles por “Derecho Divino” y tan irrisorias las explicaciones que me dan de los motivos divinos para tanta desigualdad…En fin… que total si un día se me aparece y me dice: “¡Hola!, soy Dios”, yo me muero y listo.-