jueves, 19 de junio de 2008

Tres pensamientos.-


A veces, me pongo a pensar en ese mundo que perdimos.- El mundo que conocí de chico, mis hijos a penas, y mis nietos, cuando los tenga, ni sabrán que se perdieron con el.-
Me pongo a pensar en un tiempo en que la palabra dada era sagrada, en que se podía dormir tranquilo con la puerta abierta, que la palabra “Amigo” significaba dar la vida por quién llamabas así, en que sólo aquel que bajaba la vista era sin duda alguna el mentiroso...
Había también mucho mal en ese mundo, pero cuando desapareció ese mundo malo, el bueno se fue también.-
Hoy, hasta el mas pequeño de los mentirosos te mira de frente mientras te embauca sin pestañar, los amigos traicionan, y lo que siempre decía mi abuelo, el inglés, resulta correcto y actual: “Piensa mal y acertarás, y si no, mejor sorprenderse al ver que uno se equivocó pensando mal, y no al revés”.-
-- . --
A veces (otra vez a veces), me siento como sentado en una montaña mirando el mundo allá a bajo, y no lo entiendo.- Me veo disfrutando de una buena copa de vino, de un cielo estrellado, de una flor, de una buena música de Jazz o Blues de fondo y gozando de cada momento de la vida.- Tomándolo todo con calma.- Si al final, de qué te van a servir todas las corridas y
preocupaciones, y todo lo que hayas logrado, cuando estés dos metros bajo tierra, si de pronto te das cuenta que no viviste un solo día de tu vida?
-- . --
Esos programas antiguos nos dejan siempre un sabor agradable.-
Tienen siempre un mensaje, algo que es difícil de captar para todo el mundo.-
Aquellos que vivimos en esas épocas podemos comprenderlo.-
Nos deja el sabor de la inocencia.- Algo que hace mucho tiempo que se ha perdido.- Algo que se extraña cuando se vive la lucha encarnizada de cada día.- Algo que nos hace falta y que tanto bien haría al mundo.-
Me pregunto a veces: habrá sido finalmente tan bueno crecer?

1 comentario:

Marina Judith Landau dijo...

El problema no está en el haber crecido, creo yo. El problema no es tuyo ni mío, ni de todos los que disfrutamos con esas cosas profundas, con ciertos valores que ya no se respetan. El problema está afuera. Y también de eso somos todos responsables, aunque no hayamos ensuciado, nos corresponde limpiar...no sé si soy clara.
De todos modos, y a pesar de que soy una nostalgiosa incurable, pienso que las cosas siempre pueden ser mejor ahora, que antes. Depende de nosotros mismos.
Qué triste lo que te decía tu abuelo, pero tantas veces hoy tiene razón...
Saludos.